Siempre es muy reconfortante dedicarle tiempo a esas tareas que nos gustan y nos satisfacen. Todos tenemos algunas actividades que nos causan grandes alegrías independientemente de trabajo que supongan y si podemos combinar dos de esas tareas, la satisfacción crece de forma exponencial. Yo he tenido la oportunidad de poder combinar dos de ellas. La programación y el poder ver la capacidad de los niños para aprender cosas nuevas. Les aseguro que la experiencia de explicarle a tu hijo cuatro conceptos básicos, ver como los asimila sin pestañear y en diez minutos verlo picando código es sencillamente impagable. Si tienes niños mayores de 6 años y quieres vivir algo así, esto te interesa.
Aventuras y reflexiones de un ingeniero informático