Como la película, es un domingo cualquiera. Mi chica y yo, pasamos las horas viendo alguna película de serie B entre la consciencia y la siesta y el día pasa tranquilo y plácido. De pronto suena el teléfono y a regañadientes voy a atenderlo. - Diga - ¿Que pasa tio? Me alegra el oir a mi amigo Sergio al otro lado de la línea. - Sergio tio, como estas! - Pues nada. Aquí en el chozo, vageando un rato. - Sí tio. Yo estoy aquí también con la parienta, viendo la tele. - Oye, que voy a buscar a mi chica y me comentó que si les apetecía que pasáramos por ahí un rato y nos echábamos una partidita de cartas. - Hombre, por mi encantado, pero la verdad es que estoy un poco hasta los mismísimos de las cartas. - Sí tío. Yo también. Je je je. Su risita cómplice me delata sus verdaderas intenciones. Le digo susurrando... - Pero si vienes igual podemos echarnos un par de partiditos a la consola, así en un momento. - Eso mola tio. Venga voy a buscarla y nos pasamos por ahí. - Venga, hast...
Aventuras y reflexiones de un ingeniero informático