Halloween y sus muertos.

Aunque este pretende ser una blog profesional me he animado a realizar una entrada de carácter más personal. Por mi carácter suelo ser una persona que huye de cualquier polémica estéril pero hay dos temas en los que, cuando expreso mi opinión, suele haber gente que se siente ofendida y atacada. Una es la fiesta de los toros y otra mi opinión sobre fiestas importadas como Halloween. No sé si algún día me animaré a escribir sobre la fiesta nacional pero hoy, ante la sequía en temas profesionales, me he decidido a dar mi opinión sobre este tema. Pero me gustaría recalcar que solamente se trata de eso. De una opinión tan valida como la de cualquier otro.


Aclarar también que defiendo el derecho de cualquier individuo a festejar y celebrar lo que quiera. Mi opinión en este tema no pretende censurar la libertad de cualquiera a celebrar lo que le guste. Ese no es el asunto de esta entrada. Lo que quiero con este post es activar nuestra conciencia como sociedad, como pueblo, como cultura. Tanto como canario como español y desde la cultura mediterranea a la que pertenecemos y sin censurar las costumbres de nadie. Pero sobre todo dilucidar qué nos mueve a adoptar costumbres norteamericanas sin ningún tipo de resistencia. Asumiendo que esas costumbres van a enriquecernos culturalmente y que van a mejorar nuestras capacidades lúdicas, sencillamente porque las hemos visto en las series de TV aunque no tengan ningún respaldo histórico ni cultural. Es algo que me llama poderosamente la atención.

Mi Opinión

Mi opinión sobre este tema es que no deberíamos aceptar determinadas costumbre o fiestas de esta manera tan incondicional. Al menos no de manera directa. Sencillamente porque no tienen nada que ver con nuestra identidad como pueblo. Desde siempre se ha celebrado en Canarias y en España el día de todos los santos. Y aunque esta fiesta se reducía a llevar flores a los difuntos a los cementerios, ya tenía su propia identidad, su propia liturgia. Entiendo que esta celebración (sencillamente por ser día festivo) pueda derivar en salidas nocturnas y botellones con cierto ambiente y escenificación relacionado con la muerte. Pero mi pregunta es ¿qué pintan las calabazas y la denominación de Halloween en todo esto? ¿No tenemos la suficiente personalidad como cultura para no tener que importar la fiesta americana sin molestarnos ni siquiera en cambiarle el nombre o la simbología? Me parece un error, una sumisión gratiuita y sobre todo me parece indignante que las instituciones como colegios o ayuntamientos adopten sin rechistar la denominación foránea sin un mínimo de sensibilidas por lo autóctono. Creo que no costaría mucho dar a la fiesta nuestra propia identidad. Denominarla con un nombre en castellano y adoptar nuestra simbología (que ya existía) como sí lo han sabido hacer en paises sudamericanos como Colombia o México dónde los llaman noche de brujas o fiesta de difuntos.

Otro detalle en el que no parecen reparar los defensores de la fiesta es que el supuesto "intercambio" cultural siempre se produce en el mismo sentido y desde el mismo lugar. No estoy en contra de abrirnos a otras culturas pero cuando la cultura origen es siempre la misma y cuando no tienen el más mínimo respeto por las costumbres o la idiosincrasia del lugar (la importan totalmente empaquetada y sin adaptarla lo más mínimo) se convierte en colonización encubierta. Este fenómeno no se da en el sentido contrario. No me imagino la forma de convencer a un ciudadano de un pueblo de Alaska para que celebre procesiones de semana santa o que organice una corrida de toros. Y que además las instituciones y los medios de comunicación la promuevan y apoyen. Su respuesta sería tan obvia como lógica "¿Esto que tiene que ver conmigo y con mis costumbres?"

Y por último, me encajaría mejor el argumento del intercambio cultural si tuvieramos el mismo entusiasmo en adoptar costumbres de otros paises más allá de nuestros amigos norteamericanos. Nunca he visto ningún colegio promover actividades para celebrar el Shabat judío, ni ningún ayuntamiento organizar actos para promover el ayuno en las semanas del ramadán. Y quizás históricamente estas culturas son más cercanas a la nuestra que la norteamericana (ambas convivieron en la península ibérica durante varios siglos). ¿Por qué no promover estas actividades si de lo que se trata es de enriquecer nuestra cultura con fiestas extranjeras y abrirnos al mundo? Seguramente será porque no tienen nada que ver con nuestra cultura actual. Pero también porque estas fiestas culturales no salían en las series norteamericanas con la que nos criamos, lo que confirma la teoría. Todo responde a un gigantesco plan de Marketing con el que colaboramos sin la más mínima capacidad de análisis.

Hasta aquí mi opinión. Tan válida como la de cualquiera. Ahora expondré alguno de los argumentos con los que me he encontrado y que me gustaría rebatir humildemente.

Eres un paleto

El hecho de no aceptar la "invasión cultural" sin el más mínimo sentido crítico parece que me convierte en un paleto. No estoy abierto a la globalización ni al intercambio cultural propio del siglo XXI. Pues sí estoy abierto al intercambio cultural. Soy informático y conozco de sobra la importancia de la aldea global. Pero sinceramente me parece más de paleto el aceptar las costumbres extranjeras sin cuestionarlas simplemente por que vienen de fuera. Tenemos cierto complejo de inferioridad respecto al mundo anglo que no termino de comprender. Quizás algunos no entendieron que lo que vieron en las series americanas cuando eran niños era simplemente ficción. Globalización sí, pero no borres al paleto.

Si no celebras Halloween no celebres las navidades.

Creo que no son casos comparables. Aunque hay quien afirma que no son fiestas canarias, las navidades son una fiesta religiosa y aunque de facto se hayan convertido en fiestas paganas sin apenas contenido religioso, están muy arraigadas en la sociedad tanto canaria como española. Hay una gran cantidad de rituales y costumbres que son propias (villancicos, alimentos, ...) y que mantienen la identidad de cada lugar diferenciándose unos de otros. Ahora bien. En este punto estoy de acuerdo en que hemos sufrido cierta invasión yankiee (sí, otra vez del mismo sitio) contra la que me revelo todo lo que puedo a pesar de ciertas presiones familiar. ¿Que pinta un gordo abrigado vestido de lata de Coca cola, con un trineo en Canarias, o gente con diademas de renos en medio de las ramblas de Santa Cruz? No me los explico yo tampoco, pero no es más que una muestra más de cómo aceptamos costumbre de fuera sin rechistar simplemente porque la hemos visto en cuatro películas.

Si no celebras Halloween no vayas al McDonald's.

Creo que tampoco es una comparación acertada ya que mezcla tradiciones y culturas con el mundo comercial en el que estamos todos inmersos. El hecho de que mi coche sea un volvo y compre en Ikea no me obliga a tener aceptar que el colegio de mis hijos organice la fiesta de la degustación del cangrejo y tenga que enviarlos vestidos de vikingos durante una semana. Además, hay comercios y franquicias de muchas nacionalidades, mientras que la importación cultural es netamente norteamericana. Como digo, no es comparable.

Mis conclusiones.

Hasta aqui mi visión del tema. Seguramente habrá mucha gente que no esté de acuerdo, pero les digo, simplemente, que se puede estar abierto al mundo sin prostituir tus tradiciones, tu identidad, tu esencia como sociedad. Y máxime cuando la influencia siempre tiene el mismo origen y el mismo vehículo. La televisión. Es simplemente una cuestión de respeto y autoestima social.

Si este tema no te preocupa igual no te importe que dentro de poco empecemos a celebrar el 4 de julio en lugar del día de la hispanidad. Y el día de acción de gracias en lugar del día de Canarias. ¿Por qué no? Hay que estar abierto a otras culturas. Y bailes de graduación en lugar de bailes de magos. Y cambiemos la lucha canaria por el fútbol americano y las bochas por el baseball. Y convirtamos a los enanos de La Palma en animadoras con sus pompones y todo. Así estaremos contribuyendo a la globalización y seremos una sociedad moderna y abierta a las nuevas culturas. Sobre todo a una.

Pero mucho cuidado con que en la otra isla te copien los carnavales eh!. Eso es sagrado.